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Las empresas se muestran colaborativas y apuestan por el aprendizaje en el lugar de trabajo.

25/02/2016
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Los rápidos cambios tecnológicos exigen adaptar los planes de estudio para lograr la empleabilidad

Según los datos del Estudio sobre la Demanda de Educación Superior en Las Palmas, existe un desajuste de competencias entre los licenciados unido a una sobrecualificación para los puestos que ocupan 

La Fundación Universitaria de Las Palmas (FULP), presentó ayer los resultados del Estudio sobre la Demanda de Educación Superior en Las Palmas, un trabajo de investigación desarrollado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), que ha recibido el encargo por parte de la Fundación para realizar un informe sobre las expectativas, percepciones y resultados de la educación superior.

En el acto estuvieron presentes el presidente de la Fundación, Carlos Estévez Domínguez; el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), José Regidor García; y el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, Agustín Manrique de Lara. El objetivo de este encuentro ha sido, además de dar a conocer los datos, abrir un debate sobre cuáles son los retos a los que se enfrenta tanto la Universidad como las empresas teniendo en cuenta las percepciones de los propios egresados, sus familias y los empleadores.

Según Carlos Estévez, “los datos de este estudio confirman ciertos aspectos que se intuían y que ahora podemos tener como ciertos y contrastados. Por un lado, la imprecisión entre la diversidad de actividades y ocupaciones de los individuos con estudios superiores en el mercado laboral se traduce en que los perfiles profesionales están cada vez menos definidos, lo cual incide directamente en la complejidad de la empleabilidad de los egresados cuando llega el momento de acceder a nuestros entornos de producción. Por otro lado, nos encontramos ante una sociedad diferente, colaborativa, que se muestra dudosa ante las anteriores fórmulas y a su vez, activa cuando se le pregunta. En definitiva. Una sociedad que demanda ajustes de formación a las necesidades económicas y sociales de la actualidad.

El presidente de la Fundación añadió que “nuestro Patronato acordó analizar la demanda de la educación superior desde una perspectiva poco acostumbrada: conocer cuáles eran las expectativas, percepciones y resultados desde la visión de los individuos, las familias y las empresas. Para ello se encomendó un estudio al IVIE, centro con amplia experiencia en este tipo de análisis”.

Las conclusiones del informe del IVIE destacan dos aspectos relevantes, según Estévez. “El desajuste de competencias para crear un sistema eficiente de inserción laboral viene unido a un alto potencial de colaboración de las empresas para facilitar el aprendizaje en el lugar de trabajo. Esto quiere decir que la propia Fundación, en su misión de dar respuesta a las preocupaciones y necesidades de los jóvenes con estudios de educación superior, deberá adecuar el sentido de sus futuras actuaciones para ajustarse a los cambios de la economía, la sociedad y las personas”.

Por su parte, el rector de la ULPGC, José Regidor García, destacó que “este estudio es un documento de trabajo interesante para la ULPGC puesto que al estar enfocado en la población egresada de nuestra provincia, nos permite afinar mucho más las conclusiones que afectan a nuestro entorno más cercano. No cabe duda de que la formación incide de manera directa en la empleabilidad. Es más, a mayor formación mayor es el nivel de empleabilidad. El número de doctores en paro es muy bajo en comparación con los licenciados y esta distancia se hace aún más evidente en el caso de las personas no cualificadas. La formación es importante no sólo por el título que te capacita para cubrir un puesto, sino también porque te permite adquirir los conocimientos adecuados. Para aquellos que están pensando en un posgrado, ya no basta con tener un máster simplemente por tener un título más. A la hora de elegirlo es determinante analizar qué es lo que ese conocimiento va a aportar a tu carrera profesional. Estoy convencido de que la empleabilidad depende de que el ‘matrimonio’ entre la universidad y la empresa funcione. Los estudiantes deben estar preparados para innovar porque el empleador necesita que le aporten nuevos elementos que le permita que su empresa de un salto cualitativo. En este sentido, la universidad debe hacer algunos cambios y estamos en el escenario más propicio. Con la implantación de Bolonia estamos preparando nuevos títulos que se adaptan mejor a las necesidades de la empresa. Ambas partes debemos ser generosas”.

También el presidente de la CCE, Agustín Manrique de Lara, señaló que “tanto la empresa como la universidad cumplimos un papel fundamental en la empleabilidad de los egresados, tanto licenciados como de formación profesional de grados superiores. Este estudio que nos presenta hoy la Fundación nos aporta datos interesantísimos basados en las percepciones de las personas. Para que una sociedad se desarrolle todos sus miembros deben tener la oportunidad de acceder a la formación. Pero además, es importante que exista una conexión y que la formación esté al servicio de la sociedad. De nada sirve que existan unos planes formativos si luego no son válidos para cubrir las necesidades del mundo laboral. Hay ciertos aspectos que ya deberían estar resueltos, como es por ejemplo los idiomas o la internacionalización. Esto es clave no sólo para el desarrollo, sino incluso para la supervivencia. Debemos comparar nuestra capacidad formativa de manera global porque competimos en igualdad de condiciones con Europa y con el mundo. En cuanto a los planes de estudio, creo que no son las empresas las que deben definirlos. Eso le corresponde a la universidad, pero 

Eso no quiere decir que nos quedemos al margen. Todos estamos en esto y debemos de ser capaces de caminar juntos. Los datos que se presentan hoy no nos preocupan, pero sí que nos empujan a hacerlo mejor y adaptarnos a lo que esperan los estudiantes, sus familias y el propio empleador”

A modo de resumen, las principales magnitudes que reflejan el estudio son las siguientes:

1. La población activa con estudios superiores en Las Palmas está por debajo de la media de Canarias y de Europa.

2. La sobrecualificación también es superior. Mientras que en Canarias es del 46% y en España es del 35%, en Las Palmas se cifra en un 53%.

3. Durante los últimos 25 años, se ha pasado del 3,5% de ocupados con estudios universitarios al 14%.

4. La rapidez en los cambios que se suceden de forma constante en el ámbito de la tecnología, requiere de la adaptación de los planes de estudio para incrementar la empleabilidad, unido al aprendizaje en el lugar de trabajo.

5. Existen problemas para la inserción laboral en las áreas de Humanidades.

6. El tiempo de inserción laboral se alarga en tres años.

7. Existe un desajuste en las competencias. Además, se confirma escasez de mano de obra con competencias adecuadas al mismo tiempo que se detecta una sobrecualificación de los trabajadores para los puestos que ocupan.

8. Los individuos se muestran comprometidos con la formación complementaria.

9. Las empresas se muestran colaborativas y apuestan por el aprendizaje en el lugar de trabajo.

10. El clima es propicio: las empresas quieren colaborar con la formación en la empresa; los estudiantes quieren seguir formándose y las familias siguen apoyando los estudios superiores de sus miembros.

Los retos a los que se enfrenta la Fundación se centran, pues, en desarrollar programas que impulsen la creación de escenarios de colaboración productiva de formación no formal y trasladar a los poderes públicos y centros docentes la necesidad de que se conviertan en los propulsores de este escenario necesario, transformador y de alto potencial.