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Así fue el taller de maquillaje para entrevistas de trabajo en la #TerrazaFundación

18/07/2016

 La imagen personal es nuestra carta de presentación frente al mundo y ella se construye no sólo a través de la vestimenta sino a través de una gran diversidad de variables. Aprendiendo a manejar los distintos componentes que conforman nuestra imagen tendremos más oportunidades de causar una buena impresión en el interlocutor. 

La propia conducta: se trata de prestar atención a cómo nos desenvolvemos e interactuamos con los demás. Dentro de este aspecto está la comunicación no verbal, por ejemplo: la forma en que miramos, los gestos que hacemos, incluyendo el uso de las manos y cómo sonreímos, todo proyecta una imagen de nosotros mismos en nuestro destinario, mucho más fuerte que las palabras mismas.

La proxemia: tiene que ver con cómo manejamos el espacio en el que estamos. ¿Nos quedamos sin "avanzar" esperando a que el otro nos indique dónde ubicarnos o mostramos que somos capaces de ocupar cierto territorio? Este tema es muy importante en las entrevistas laborales. 

Por ejemplo, si nos indican que entremos a una sala de reuniones para esperar al entrevistador, el lugar donde nos ubiquemos dará un mensaje acerca de cómo percibimos nuestro rol y el suyo en esa situación.

La vestimenta: en un contexto laboral, la vestimenta debe ser cuidadosamente seleccionada para no dar una imagen errónea. 

Lo que se busca en estos casos es la sobriedad, que acompañará a nuestro comportamiento y a las palabras que utilicemos. Lo que decimos con las palabras debe quedar manifiesto también en la apariencia. 

En este aspecto una falta de sincronía entre lo que expresamos y lo que mostramos suele perjudicarnos muchísimo. 

Para las mujeres, es importante no excederse con prendas que puedan ser demasiado sugerentes (el escote, el largo, los colores). 

Los hombres, en tanto, deben hacer que sus prendas sean coherentes con la imagen que quieren que el otro tenga de ellos, prestando atención al largo de las prendas, los colores y las combinaciones.

Los accesorios: menos es más ya que queremos estar arreglados pero sin distraer la atención, por sobre todas las cosas, de nuestras capacidades para el puesto de trabajo en cuestión. 

El calzado juega un rol importante. Para hombres y mujeres se usan zapatos cerrados y más bien clásicos. 

La mujer debe usar un calzado cerrado que no muestre el talón ni los dedos ni demasiada piel, mientras que el hombre debe usar calzado cerrado, si es posible acordonado, que es el más formal y procurar siempre que el mismo esté en condiciones.

El cabello: es otro elemento clave ya que puede contribuir a nuestra imagen o bien puede distorsionarla por completo. 

El entrevistador o nuestro jefe, si ya estamos trabajando en esa empresa, al relacionarse con nosotros o entablar un diálogo, estará mirando nuestro rostro, y es imposible que no vea nuestro cabello, de ahí su importancia relativa. 

Este punto es especialmente relevante para las mujeres ya que el objetivo es que estemos arregladas sin que se pueda interpretar como un elemento sensual. 

El maquillaje: apelar a la sobriedad no significa dejar de usar maquillaje sino utilizar aquellos tonos que resulten más sentadores y pertinentes.

Si bien lo ideal es que nos juzguen solamente por nuestras habilidades o conocimientos, estamos en contacto con otras personas, y la manera en la que nos desenvolvemos resulta vital.

En nuestra mente están instalados ciertos "prototipos" o "modelos de lo esperable", que dominan nuestro imaginario a la hora de encontrarnos con alguien.