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El compromiso por la Educación Superior en nuestra tierra es el mismo

1/12/2017

ENTREVISTA 35 ANIVERSARIO FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DE LAS PALMAS

 PRESIDENTE, CARLOS ESTÉVEZ

 La Fundación Universitaria de Las Palmas cumple 35 años. Más de tres décadas apoyando a los jóvenes universitarios para que puedan cumplir su sueño: conseguir un empleo que se ajuste a su titulación. Su presidente, Carlos Estévez Domínguez, aprovecha esta efeméride para plantear los retos a los que se enfrenta ahora esta entidad, sobre todo en un momento de transformación tecnológica que afecta a todos los ámbitos.

 Después de estos 35 años, ¿el compromiso de la Fundación sigue siendo el mismo, o ha tenido que evolucionar según los cambios de su entorno socioeconómico?

El compromiso por la Educación Superior en nuestra tierra es el mismo. Convencidos de que el desarrollo de las personas y la fortaleza de nuestra sociedad se debe asentar en la igualdad de oportunidades con aquellos que comprometen sus esfuerzos para alcanzar sus sueños.

No obstante, este compromiso se hubiese deshecho si en 35 años no hubiésemos cambiado en la forma de entender y adecuar el compromiso y sus reglas de actuación. En este sentido, hemos cambiado mucho. Aunque el compromiso inicial nunca creo que cambie por la naturaleza y composición de nuestro Patronato.

 ¿ Es ese el mismo Patronato que luchó en sus orígenes por una mejor formación universitaria ?

Así es. El mismo Patronato, con altas y bajas naturalmente, que por su composición tan heterodoxa - somos ochenta - en la que participan organismos públicos, colegios profesionales, instituciones sociales, culturales, deportivas, organizaciones empresariales, empresas, otras fundaciones de carácter social o cultural, profesores eméritos y en activo, profesionales, etc., ha demostrado que cuando no existe un estamento que sea mayoría, la mayoría somos todos. Esta lección la repetimos todo el tiempo, y resulta inapelable porque se inspira en el compromiso social del origen.

 Y ahora, con los cambios tecnológicos y la necesidad imperiosa de adaptarnos y salvar la brecha digital, ¿se encuentran de nuevo ante un reto social?

 Los cambios tecnológicos han desbordado muchos ríos por donde antes discurrían plácidamente los sueños que unas generaciones transmitían a las siguientes, y han abierto un delta tan profundo en su desembocadura que si no somos ágiles en percibir las nuevas costumbres y las transformaciones individuales que generan y adaptarnos a ellas, acabaremos confundiendo el agua dulce con el agua salada. Sin saber dónde estamos. Ese es el principal reto social. No basta con chapotear, hay que remar con impulso para situarnos en una zona de progreso colectivo.

 ¿Qué cree que puede hacer la Fundación para mejorar la empleabilidad de los jóvenes?

Tenemos que combinar con eficiencia estos cuatro elementos: la Transformación de la Formación, donde se exigen formatos menos formales y objetivos diferentes; la Integración Laboral, que contemple los cambios que se están  produciendo en la naturaleza del trabajo, como un concepto más amplio que la inserción laboral; las Demandas de una nueva Economía Digital, donde, como nunca, los compradores se imponen a los vendedores; y las Capacidades e Impacto Social que puedan tener instituciones como la nuestra. En esta combinación estamos trabajando.

¿ Podría destacar alguno de esos elementos en los que más se haya avanzado?

En experiencias de Formación no Formal, como por ejemplo con alumnos voluntarios de la Facultad de Turismo, donde desde el primer año de curso se comprometen con un itinerario formativo compartido entre la Facultad, las Empresas y la Fundación ; o la plataforma del Voluntariado de la Fundación, diseñada para que los estudiantes de algunas carreras específicas puedan aprender lo que no está en los libros, aquellos valores profesionales que sólo se adquieren cuando se experimentan. También puede ser destacable los 500 graduados que cada año, desarrollan formación práctica profesional, que al acabar quedan integrados en un 65% en el mundo laboral.

 La relación con la ULPGC ha pasado también por diferentes fases. ¿Cómo es ahora mismo esa relación?

Muy bien, como siempre, diría yo. En el inicio, la Fundación fue como una madre gestante de la Universidad. Luego ya nacida la Universidad, la ayudó a crecer con el apoyo social que supo movilizar. Más tarde la Universidad, devolviéndole el favor, adoptó a la Fundación como un hijo. A día de hoy, ya vivimos en casas separadas, pero le garantizo que somos los mejores vecinos que nadie se pueda imaginar; de esos en los que confías tanto que les dejas la llave de tu casa cuando te vas de vacaciones, por si pasa algo.

En su opinión, ¿aún le queda recorrido a esta institución? ¿Ha sabido adaptarse al siglo XXI?

Por supuesto que nos queda recorrido. Puede que más que nunca.  Tenemos tantos planes que parece que el siglo XXI vaya algo lento. Es como si quisiéramos escurrir el tiempo en nuestras manos de esponja y hacerlo gotear mas deprisa.