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Alberto Cabré asiste a la toma de posesión de Ángel Tristán como nuevo presidente del Consejo Social de la ULPGC

4/02/2022

El presidente de la Fundación Universitaria de Las Palmas, Alberto Cabré de León, asistió a la toma de posesión de Ángel Tristán Pimienta como presidente del Consejo Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El acto se celebró en la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias, con la presencia de Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno de Canarias, y Manuela Armas, consejera de Educación, Universidades Cultura y Deportes.

En su intervención, Ángel Tristán Pimienta recordó la gran manifestación que reunió a casi 300.000 personas para destacar que la Universidad “nació de una sociedad que no solo quería una universidad ‘completa’, sino una buena universidad, adelantada, que fuera orgullo y seña de identidad de una canariedad de la que presumir y sentirnos orgullosos, y que estuviera más cerca de la cabecera que en el furgón de cola”. 

De hecho contó que lo primero que hizo al ser nombrado presidente del Consejo Social de la ULPGC, en 2015, fue encargar una fotografía gigante de la manifestación del ‘Ahora Sí’, celebrada el 19 de mayo, de 1988, “un recuerdo gráfico de dónde venimos, para que no se nos olvide o para que lo aprendan los que no lo vivieron. Fuimos alumbrados tras una larga lucha de la sociedad grancanaria donde cada ilusión personal era como un poderoso microchip que funcionaba en cadena”. 

 

Ángel Tristán, presidente del Consejo Social de la ULPGC; Lluís Serra, rector de la ULPGC y Alberto Cabré, presidente de la FULP 

Este activismo, continuó diciendo, consiguió que el 3 de agosto de 1990 ya hubiera universidad en Gran Canaria, por  lo que la Comisión Promotora de la Ley de Iniciativa Legislativa Popular consideró finalizada su tarea y expresó su deseo de que la comunidad universitaria “tenga siempre presente que la universidad- y más la ULPGC-  no es exclusivamente de ellos, que no es su patrimonio, ni su reino de taifa, y que aquí no deben reproducirse jamás los esquemas endogámicos y corporativistas”.

“Ese espíritu siempre ha guiado mis pasos y mis palabras, en todo lo referido a la Universidad, tanto cuando he estado dentro, en el Consejo Social, como fuera, dedicado a mi oficio y también pasión de periodista. Una universidad respetuosa con los principios de igualdad, mérito y capacidad; despojada de la endogamia y el corporativismo, cosmopolita, culta, abierta al mundo, moderna, europea, avanzada, con profesores entregados y permanentemente actualizados, con alumnos que se esfuercen y a ser posible en tiempos tan extraños que aprueben en tiempo y forma, con PAS (Personal de Administración y Servicios) competentes y preparados que satisfagan las necesidades y los objetivos de la sociedad que la arropa y financia… porque vivimos a costa del dinero público, que no es infinito. Y, que no se nos olvide la necesidad de la autocrítica”, dijo el nuevo presidente del Consejo Social. 

Aludiendo a palabras de su discurso de 2015, manifestó que esta universidad “no fue fundada por un rey, por un noble, por un dictador necesitado de una mano de barniz cultural, por un ricachón con mala conciencia, o por el Cardenal Cisneros. La fundó el pueblo. Nuestro país, canario. Y a ese pueblo lo representan sus instituciones democráticas y sociales. Y a todas ellas las representa, a su vez, este Consejo Social que no es uno más. Somos guardianes de ese legado transversal y masivo, fieles a ese mandato imperecedero de la sociedad grancanaria e intransigente en la custodia de unos valores irrenunciables que un día nos movieron a rellenar la utopía con realidades. Todo eso que se condensa, y concentra, en la foto inmóvil de una multitud en marcha”.

Ante la irrupción de las universidades privadas, expuso que en todos los ámbitos “solo cabe, como en la lucha canaria, aprovechar su empuje para tomar nuevo impulso y ganar en calidad y capacidad de tomar iniciativas de progreso”.  

La vigente LOU y la ley delegada canaria de consejos sociales desarrollan, según indicó el nuevo presidente del Consejo Social, uno de los artículos “más desconocidos, o al menos, menos entendidos, de la Constitución española, el 27.10 que reconoce la autonomía de las universidades,  en los términos que la ley establezca’.  

 

Miguel Ángel Acosta, secretario del Consejo Soscial de la ULPGC; Ángel Tristán, presidente del Consejo Social de la ULPGC; Lluís Serra, rector de la ULPGC; Alberto Cabré, presidente de la FULP y Roberto Moreno, gerente de la ULPGC

Sobre esta cuestión, subrayó que las leyes canarias sobre universidades y consejos sociales son una competencia recogida, con total claridad en el artículo 134 del Estatuto de Autonomía. “Por lo tanto, esta ‘potestas’ forma parte ya, como un elemento clave de las señas de identidad canaria. Igual que el REF, pero con luces más largas porque la educación contribuye a la mejora de las venideras generaciones”. Añadió que la Ley Canaria de Consejos Sociales es considerada la mejor de España, “la más completa y clara, la más independiente, la que ha producido mejores resultados. Algo habremos hecho bien para que en la asamblea y foro de la Conferencia de Consejos Sociales, celebrada en Maspalomas, en noviembre de 2018, el presidente de la sección de Fiscalización del Tribunal de Cuentas del Reino, destacase que la ULPGC “cuenta con un sistema pionero en España”, que “es un ejemplo para el resto de las 49 universidades del país”. 

El nuevo presidente del Consejo Social, aludiendo a su propia experiencia  dijo saber “lo difícil que es mantener la armonía en un modelo que, como indica la LOU, se basa en la coparticipación y la corresponsabilidad entre los dos órganos universitarios más importantes. El rector es el principal órgano unipersonal, pero el Consejo Social es el principal órgano colegiado”. 

Para acabar su intervención, Ángel Tristán ofreció “un compromiso y mi sincera colaboración al rector Lluís Serra para este nuevo mandato que ahora inicio, con tantos desafíos, mientras los debates sobre la nueva ley orgánica demuestran el enorme peso de los intereses creados, con suicida olvido de que la universidad pública española en su conjunto, pero esta, de forma particular, tiene la necesidad imperiosa de dar el gran salto adelante que cree las condiciones necesarias para estar en el pelotón de cabeza de la inteligencia europea”. 

Sobre su colaboración con el rector, dijo que estará encaminada a afrontar “todas las asignaturas pendientes y otras nuevas que los tiempos, el servicio público, los avances de la ciencia, la sociedad, nuestra reputación y nuestra propia supervivencia, nos exige”.

Entre los desafíos de esta nueva etapa citó la necesidad de establecer alianzas estratégicas con universidades europeas o internacionales de primera fila; liderar o al menos formar parte de la gran conversación y los debates de los ámbitos en que se mueve la sociedad; ser una referencia obligada y no un testigo ensimismado; aumentar el número de créditos matriculados, adecuar los másteres habilitantes a la demanda, desarrollar una estrategia reputacional; implantar “las reiteradas” recomendaciones del Tribunal de Cuentas de España, de la Audiencia de Cuentas de Canarias, y del Parlamento de la Comunidad Autónoma, sobre la contabilidad analítica y el control horario de clases y tutorías, factor clave para evaluar con fundamento la capacidad del profesorado para las necesidades actuales y la dinámica de las titulaciones. 

Concluyó su intervención afirmando que  desde el Consejo Social “intentaremos superar las discrepancias por todos los medios, mediante el diálogo continuo. La controversia es sana, y encima es ley de vida y de competencias compartidas.  Hay que temer la ‘teoría del caos’, que siempre acecha, y que a veces es como un grano de arena en el que no se repara”.