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Los jóvenes con educación superior deben poder elegir libremente qué quieren estudiar en base a sus propios intereses y habilidades

28/04/2017

La consejera de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias, Cristina Valido, es tajante. Los jóvenes con educación superior deben poder elegir libremente qué quieren estudiar en base a sus propios intereses y habilidades. “La elección del espacio al que una persona destina su talento, tiene que ser respetada”. Pero la realidad es tozuda y la precariedad laboral de muchos de estos egresados es una muestra de que, a pesar de tener un título superior, su empleabilidad no es fácil.

¿Por qué no somos capaces de incorporar al mercado laboral a todos esos jóvenes que terminan sus estudios superiores?

Desde luego es nuestro objetivo trabajar para que estas personas con alta cualificación no tengan que irse fuera y encuentren oportunidades interesantes en Canarias. Hemos de intentar que este talento humano revierta sobre las islas, crezca la economía y mejore nuestra sociedad. Hay que ser rotundos y buscar cómo mantener ese talento con nosotros. Por eso hemos puesto en marcha un programa específico, el Plan de Empleo para la Educación Superior, diseñado para dar respuesta en tres sentidos. Por un lado, ofreciendo incentivos económicos a las empresas que contraten estos perfiles. Por otro impulsando a los propios titulados a que pongan en marcha sus nuevas ideas. Y finalmente, una formación personal y específica que mejore su empleabilidad. Es un programa donde se unen ayudas económicas directas con sesiones de asesoramiento y acompañamiento tanto para empresas como para los propios jóvenes y que den el salto laboral, ya sea para trabajar por cuenta ajena como por cuenta propia.

¿Cómo promover que los jóvenes puedan emprender por cuenta propia?

Estamos en un momento de muchos cambios que se traducen en la aparición de nuevas necesidades. Además, es una oportunidad para poner en marcha cosas nuevas y dar respuesta a nuevas demandas. La globalización, la digitalización, profesiones del futuro que aún ni existen. Son los jóvenes con alta cualificación los que tienen mayor capacidad para adentrarse en nuevos territorios de conocimiento donde poner en marcha sus ideas. Tenemos que buscar fórmulas que les permitan desarrollarlas. Hay que plantear un tipo de medidas fiscales, de bonificaciones, que vayan más allá y que les cubra lo que para ellos es un riesgo enorme. Porque aún teniendo el conocimiento y las ganas, hay falta de recursos económicos que den sostén a los primeros años de desarrollo de su idea. Esto les frena a la hora de tomar el emprendimiento como la alternativa más interesante.

¿Era necesario centrar el foco en este colectivo?

No creo que estuvieran desatendidos, pero sí es cierto que necesitan una atención diferente. También es cierto que es un grupo menos numeroso que, por ejemplo, los desempleados menores de 25 años sin ningún tipo de cualificación o los mayores de 45 años que se han quedado sin empleo y que deben reincorporarse para poder cotizar y tener una jubilación digna. Los jóvenes titulados, a pesar de ser un porcentaje inferior en los datos de desempleo, y de además, tener más fácil la supervivencia en nuestro sistema de trabajo, también necesitan de ayudas directas para su incorporación, sólo que con planes diferentes y específicos para un perfil con alta cualificación.

¿Por qué hacerlo a través de las fundaciones universitarias?

Porque es lo más práctico y lo más inteligente. La Fundación Universitaria de Las Palmas y la Fundación General de la Universidad de La Laguna son los mejores socios en este proyecto. Tienen un conocimiento directo del talento humano que sale cada año de las aulas, de las perspectivas y las tendencias en materia de formación de manera más real y en tiempo. Saben el nivel de matriculaciones de las carreras y tienen datos de cómo van cambiando de un año a otro. Datos que son fundamentales para la toma de decisiones, para determinar qué promover y cómo conseguir dar respuesta a nuevas necesidades de formación. Nos permite hacer planes a medio y largo plazo, sin improvisar. Porque no se puede correr e intentar formar a una población al mismo ritmo en el que aparecen las innovaciones, pero las tendencias nos dan las pistas y nos indican dónde habrá más oportunidades.

 ¿Cree que el empresario canario no ofrece oportunidades a los titulados superiores?

Lo que creo es que si las empresas en las islas no absorben a este colectivo, no obedece a un solo motivo. Es posible que algunos empresarios piensen que a más cualificación, mayor salario. Que contratar a un perfil cualificado será más caro y puede que opte por cualificaciones intermedias para resolver lo mismo pensando que ahorra dinero, a pesar de estar coartando el propio crecimiento de su empresa, o en perjuicio de su nivel de calidad y de la innovación. Pero más bien se trata de que el empresario no encuentra el perfil con la cualificación específica para el puesto de un sector determinado. Hay titulaciones que cada año saturan el mercado y en cambio hay otras que presentan un déficit y que hay más demanda que oferta. Pero también es verdad que no debemos caer en el error de diseñar una formación universitaria pensando en lo que necesita el empresario. Una cosa es saber dónde debemos reforzar para ajustarnos a las nuevas tendencias laborales, y otra muy diferente es pretender convertir la cuna del conocimiento y del saber en una fábrica de personas empleables. Debemos dejar a la universidad el margen oportuno para que las personas, en libertad, desarrollen toda su capacidad intelectual. La empleabilidad vendrá en la medida en que los estudiantes consigan destacar en aquello que hayan decidido hacer. Debe ser algo elegido y deseado por la persona, y nunca de manera impuesta.